Se abre la semana con la noticia de los hechos sucedidos en un conocido supermercado de la zona. Tal como es costumbre en estos tiempos, varias personas realizan la correspondiente cola para poder adquirir los productos de la cesta basica.
De entre la multitud, aparece un grupo de individuos, quienes en actitud violenta, pretenden volver a formarse y ocupar los primeros puestos para ingresar nuevamente al supermercado. Se oyen las protestas, empieza a subir el tono de las voces y la situación se torna incontrolable. Ya en medio del alboroto, se escuchan las armas accionadas por un grupo de policías, mientras hay varios heridos y la mayoría sale corriendo.
Ya esta estampa se esta haciendo cada vez mas común en los establecimientos comerciales a lo largo y ancho del país. Cada día, se hace recurrente la noticia de los enfrentamientos suscitados al calor de las largas e interminables colas que se forman cuando se corre la voz de que tal o cual producto ha llegado a un establecimiento y empiezan a llegar compradores, que como si fuera una manada, empiezan a agolparse en las puertas, a la espera de la oportunidad de entrar y aprovisionarse.
Primero se trataba de las operaciones estilo 'dakazo', en las que un equipo de fiscales se apersonaba en un establecimiento comercial, para verificar la existencia de electrodomésticos cuyos precios hubieran sido presuntamente alterados, para obtener una ganancia mayor a la estipulada en la Ley de Costos y Precios Justos. Por sí o por no, las fiscalizaciones culminaban generalmente con una sanción para el comercio y la puesta en venta de las existencias, a precios 'razonables', según los procedimientos establecidos por la ley y sus ejecutores.
Y fue sucediendo así sucesivamente con diferentes rubros de productos, tan disímiles unos de otros como alimentos, ropa, calzado, repuestos y otros muchos mas.
La tan mentada 'guerra económica', que tanta lata le ha dado al actual gobierno, ha desembocado en contrapartida, en una 'ofensiva económica', cuyos principales objetivos han sido los comerciantes, que en medio de la crisis económica que arropa a la nación, han sido oportunas víctimas propiciatorias.
Ha faltado alguien que informe al gabinete económico del Poder Ejecutivo, de que la cuestión no se trata de guerras, guerrillas, o ni siquiera escaramuzas, sino de reactivar la capacidad productiva del país, que se encuentra en la actualidad en un estado tal de contracción, que se espera que se disparen los índices de inflación y escasez para finales de año.
Uno mismo, que sólo notaba al principio pequeños vacíos en los estantes, en justa demostración de las leyes económicas de oferta y demanda, se ha visto en la necesidad de ampliar los rasgos de búsqueda, y en vez de trasladarse al anaquel siguiente para seguir llenando el carrito como antes, ahora se ve en la necesidad de recorrer por horas varios establecimientos a la redonda para completar un mercado semanal, que antes tomaba pocos minutos hacerlo.... REGRESAR |