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La exquisitez líquida de Carolina Herrera, con una colección inspirada en el vaivén del agua, y la mirada ecléctica de íngel Sanchez pusieron el toque venezolano en la Semana de la Moda de Nueva York (EE UU).
El modisto nacido en Valera se enfocó en la elegancia de los años setenta, volviendo a los trajes largos de noche, pero también introdujo divertidos estampados, tejido hule y jerséis con una maxi cuello de tortuga.
Todo empezó para Sanchez cuando vio la foto de unos zapatos de terciopelo que él mismo incluyó en su línea de hace 22 años y eso le hizo repasar cómo ha evolucionado su concepción de la mujer desde entonces.
Herrera, maxima expresión de la sofisticación de la mujer de alta alcurnia en Nueva York, volvió a dar en la diana con una colección de sensualidad sinuosa, de fluctuación constante como el agua del mar.
Una esencia inestable sobre la que la diseñadora se posa con el aplomo y la ductilidad que le caracterizan.
'He hecho esta propuesta explorando el elemento del agua. Los vestidos estan cortados como olas del mar. Todo lo que tenía conexión con agua traté de trasladarlo a los tejidos. Para mí, las aguas en la moda siempre han sido turbulentas'... REGRESAR |
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