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Culminado el periodo de vacaciones escolares, los padres venezolanos llevarán hoy a sus hijos a clases, no del todo confiados con la educación que recibirán en las aulas de escuelas públicas y privadas.
El período académico anterior comenzó con la sorpresa de que el Gobierno había elaborado un nuevo programa educativo y, aunque el presidente Hugo Chávez anunció en abril que su discusión y aplicación sería pospuesta, el miedo al currículo bolivariano aún está presente en muchas familias venezolanas. Es, de hecho, la principal preocupación que manifestaron los representantes consultados.
'Nos importa mucho lo del currículo que discutimos el año pasado, el poder seguir teniendo una educación libre, con nuestros hábitos y costumbres, que sea evolutivo y no involutivo', dijo María Luisa Albornoz, madre de dos niñas que estudian primaria en el colegio Santa Gema, en la urbanización Santa Eduviges.
Desea para sus hijas una educación gratuita y de calidad, como la que ella recibió, pero asegura que prefiere hacer el sacrificio de pagar por un colegio privado antes que correr el riesgo de que les impongan contenidos no deseados.
'No estoy de acuerdo con el currículo. Uno es pobre, pero sabe que eso es un engaño para el pueblo', agregó Will Sumosa, padre de dos niños que se forman en una escuela pública de Antímano. En su opinión, la política se introdujo en ese centro de estudios.
Como Albornoz y Sumosa, otros entrevistados pidieron que el programa educativo no se imponga este año, que se deslinde de ideología y que se permita a los padres opinar al respecto.
Consideran que es necesario reforzar la enseñanza de temas de ciudadanía, valores y educación sexual.
Más peticiones.
Rosmary Carrero `pateó' decenas de colegios privados buscando un cupo para su hija en primer grado.
La pequeña venía de un preescolar privado, pero la búsqueda fue infructuosa y fue necesario inscribirla en la escuela pública Agustín Aveledo de Petare. La familia vivió el déficit de cupos en primer grado que es constante en todo el país, junto con las posibilidades de inscripción en primer año de bachillerato.
Carrero afirma que el plantel luce deteriorado y carece de espacios recreativos. Por eso pide al Gobierno que invierta en la infraestructura educativa: tanto en construcción de nuevas escuelas, como en la dotación de aquellas que ya existen. Asimismo, ruega al Ministerio de Educación que no suspenda nuevamente las clases este año escolar para ofrecer los cursos de formación docente, pues tener a los niños en casa representa un problema para los padres.
El costo de la educación es otro de los temas que preocupa a los representantes.
El hecho de que el Ejecutivo definiera 15% como tope de aumento de la matrícula en los colegios privados ha significado, según señalan, que deben pagar cuotas extras para alimentación y actividades deportivas.
'Los estudios deberían ser más importantes para el Gobierno y más económicos', cuestionó José Blanco, habitante de Petare. Con él coincidieron muchos consultados, quienes agregaron que la inseguridad también constituye un elemento que afecta la educación de sus hijos.
Los padres recuerdan con nostalgia la educación que recibieron hace varias décadas y aseguran que su calidad era mayor a la de ahora. La comparación sale a relucir con algo de resignación, pero como llamado de atención a centros públicos y privados. REGRESAR |
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