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Venezuela ha sabido desviar su destino.
Ha hecho un gran esfuerzo para desviarse de un sendero más prometedor', es la opinión del ex ministro de Cordiplan, hoy Planificación y Desarrollo, Ricardo Hausmann, quien participó como ponente en el foro II Encuentro de Venezuela en Boston.
Hausmann ha dicho que 'Venezuela está condenada al éxito' y eso lo mantiene.
Sólo que en 'estos momentos Venezuela está maximizando la destrucción de su capacidad productiva y creativa. Está entrabando la producción y dificultando y desestimulando las posibilidades de generación de valor'.
Y alerta que esta situación está arropando 'a una sociedad que no sabe dónde está parada, porque desconoce cuáles son los próximos derechos que le serán eliminados'.
Esto, según su opinión, lleva a la población a una parálisis en su capacidad. 'Es una sociedad que tiene poca imaginación sobre su futuro y está creando poco'.
Frente a una paradoja de un presidente que se quiere perpetuar en el poder, destruyendo su propia base productiva, Hausmann explicó que 'por eso no me extraña que Hugo Chávez se exprese tan positivamente de Robert Mugave'.
Al ser consultado sobre la vigencia de las empresas de producción social como un mecanismo de desarrollo, el ex ministro comentó que la experiencia histórica demuestra que las formas de organización son sumamente diversas y los países funcionan de distinta manera.
En ese contexto considera que el sistema cooperativo ha funcionado muy bien en el mundo.
'Hay una gran diversidad de formas de propiedad y de organización. Lo interesante es que éstas emergen, y se consolidan porque no se han ideologizado'.
Rescata el concepto que busca que la base de la producción sea la cooperación humana, pero 'esto no se puede forzar'.
El bosque y los monos Hausmann, profesor de la Escuela de Kennedy de Harvard, mediante una metáfora explicó a la audiencia por qué unos países logran su desarrollo y otros se mantienen en la categoría de pobres.
En forma original apeló a la figura del mono (seres humanos), árboles (productos), bosques (países) y ramas (infraestructura, facilidades operativas para funcionar).
En esta 'selva' incorporó a 132 países y más de 700 productos que, al unirlos, mediante un programa con indicadores establecidos, surgió un bosque 'tupido' con muchos bienes muy juntos y otros muy alejados, de la próxima rama, como el petróleo.
Todo esto para decir, que los monos se mueven de una rama a otra si éstas están cercas. Es decir, que las naciones utilizan la experiencia de sus propias capacidades para ir avanzando en su desarrollo.
Si un país hace televisores pantalla plana, saltar a la 'rama' de un monitor de computadora pareciera tener una secuencia lógica. Pero si es petróleo, un oleoducto no sirve por ejemplo para transportar café.
La cercanía de los árboles y lo frondoso de las ramas, determina por qué unos países son pobres y otros son ricos. Hacer lo mismo que los demás, limita las posibilidades, producir bienes y servicios con un grado de dificultad, facilita el deseado desarrollo.
Un 'peladero de chivo' El petróleo, que paradójicamente para Venezuela significa casi todo, en ese 'bosque hausmanniano', queda en un 'peladero de chivo', como lo refirió el autor de esta historia.
Los venezolanos se paralizan frente a un producto que le ofrece beneficios. Los monos de este lado del mundo, no tienen que esforzarse para recibir dividendos.
Permanece 'agarrado' de esa rama, porque además, cuando intenta hacer otra cosa, encuentra obstáculos en un lugar que más bien 'ha criminalizado la exportación' y la ha convertido en un pecado en Venezuela, dijo Hausmann.
Aquellos países en donde hay un capital intensivo, una mano de obra capacitada, muchas capacidades productivas en competencia, allí los monos se mueven a sus anchas en el bosque. No se quedan quietos y van por más. Esa es la ley de la vida de los negocios.
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| Fecha publicada: 17/10/2009 Fuente: El Mundo Tema: economia
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