Ramón Guillermo Aveledo se convirtió en secretario ejecutivo de la Mesa Democrática casi por casualidad. El ex presidente de la Cámara de Diputados del antiguo Congreso cuenta cómo en una reunión con dirigentes políticos donde les propuso la creación de un curso para aspirantes a diputados, a dictarse en la Universidad Metropolitana, surgió la idea de que se convirtiera en facilitador de las discusiones entre los distintos factores y partidos de oposición. Fue así como a comienzos de año se dio a la tarea de componer, conciliar, escuchar y convencer a los más disímiles sectores políticos hasta la semana pasada, cuando esos esfuerzos lograron cristalizar en un acuerdo que consolidar el proceso unitario y despejar el camino hacia las elecciones parlamentarias de septiembre del próximo año.
Pero una vez logrado un objetivo tan importante, surge toda una serie de interrogantes sobre los alcances y objetivos que debe perseguir una bancada de oposición cuyo primera tarea es recuperar las funciones básicas de todo Parlamento: legislar, representar y controlar.
-Más allá de esas necesidades que deben ser satisfechas con el solo hecho de la existencia de una bancada de oposición, ¿hasta dónde se pretende llegar?
-Con el ejercicio del control, restableciendo los ejercicios básicos, el país puede ser otra vez gobernable desde el punto de vista democrático.
-¿Es posible modificar el rumbo que lleva el Gobierno y el país con un presidente como Chávez?
-Sí, va a costar, es difícil y será una gran lucha porque se trata de la contraposición entre un modelo, que por definición incluye, como la democracia y otro excluyente, es decir el socialismo propuesto por Chávez, que persiste en el intento anacrónico de reconstruir el muro de Berlín en la Venezuela del siglo XXI. El trabajo de los parlamentarios (de oposición) será titánico porque habrá una justa, desigual, para impedir que ellos lleguen a la Asamblea. Pero ya está demostrado que se puede ganar.
-Hasta los más pesimistas analistas vaticinan un triunfo de la oposición y en el peor de los casos resultados que van a modificar radicalmente la correlación de fuerzas en la Asamblea. Arguyen, sin embargo, que si eso ocurre, Chávez tratará de inhabilitar o reducir a su mínima expresión el poder del Parlamento. Es decir, hacer lo que hizo con gobernadores y alcaldes de oposición.
-Soy optimista porque se está construyendo una unidad cada vez más sólida. Los acuerdos de la Mesa, en materia de metodología, ha despertado una gran expectativa. No obstante, por experiencia, soy cauto en cuanto a resultados electorales. Sin duda tendremos mayor fuerza y el objetivo es ganar, mientras que el del Gobierno es mantener los dos tercios. Luego vendrá la siguiente etapa, hacer cumplir los roles constitucionales.
-En otras palabras, restituir la democracia.
-Así es. El mal funcionamiento de la Asamblea, la falta de control, ha incidido en problemas como que la gente carezca de vivienda, los hospitales funcionen peor y la corrupción no tenga freno. ¿Cual es el resultado? ¿Es el Gobierno más eficiente, más sensible ante los pobres o menos dispendioso? La respuesta es no. Ante la ausencia de fiscalización el Gobierno, a su vez, ha perdido el control. No hace lo que debe hacer, deja de resolver los problemas y se embarca en fantasías ideológicas.
-Tú puedes controlar, incluso sancionar, pero no corregir una incapacidad estructural de quienes gobiernan para hacer obra, ni tampoco combatir la corrupción, porque los otros poderes siguen en manos del Presidente.
-Por cierto, le tocará a la Asamblea elegir parcialmente a magistrados del Tribunal Supremo, al fiscal, al contralor...
-¿Permitirá Chávez titulares de estos poderes que no obedezcan a sus designios?
-Eso lo veremos cuando ocurra, porque además también hay un 2012 y el Presidente debe pensar en eso. Es obvio que quiere reelegirse, pero también lo es que en todas las encuestas una porción cada vez mayor de venezolanos considera que él ni siquiera debería postularse para un nuevo período. La gente sabe de la eficiencia de alcaldes como Ocariz, está consciente delo que se le hizo a Antonio Ledezma, quien ha luchado con denuedo en la defensa de la voluntad de los electores. Luego fue contra Pérez Vivas (¿hasta cuándo el Presidente fastidia a los tachirenses?), Pablo Pérez e incluso contra chavistas. La gente observa, contrasta y sabe quién lo hace bien y quién no.
-Dices que la tarea de los diputados será titánica. Pero, ¿tendrán la calidad, la capacidad y conciencia del papel que les toca jugar? A juzgar por las dificultades que hubo para el acuerdo, uno dudaría.
-Ponerse de acuerdo es más difícil de lo que parece. Tú puedes diseñar un avión en el papel, pero la cosa está en que vuele. Hay, sin embargo, calidad, gente joven y con experiencia, adentro y afuera de los partidos. Nosotros trataremos de que estén los más comprometidos. El diputado debe entregarse a su misión a tiempo completo, estar dispuesto a aguantar y en disposición de proponer. Debe pensarlo muy bien antes de lanzarse porque el trabajo no será fácil. Ciertamente allí debe haber empresarios, sindicalistas, intelectuales, gente de las ONG, pero también debemos estar claros en que la responsabilidad es de los partidos, porque son éstos los que postulan y avalan.
-Dices que la tarea es dura pero abundan los aspirantes.
-Hoy en día el oficio del político no es gratificante. En tiempos de estabilidad se podía vivir tranquilo, hoy no. Se trata de una opción dura. Y cuando vemos a esa cantidad de gente que aspira, nos parece bien que lo hagan, porque estamos ante hombres y mujeres que se atreven y nadan contra la corriente. Incluso debemos estimularlos porque el hecho de que yo no esté aspirando no me coloca en una posición de juez.
-Hablas como si la unidad ya fuera un hecho. Pero, ¿eso es así?
-La unidad es una aspiración del país, un proyecto de los partidos y un compromiso desde el documento de junio, ahora mucho más concreto, con más actores y establecido en un cronograma: para el 30 de enero conclusión del plan en defensa del voto (como si las elecciones fueran en Carnaval); 15 de febrero, soluciones para la gente, programa y agenda parlamentaria; para el 30 de abril, candidatos unitarios respaldados por todos los partidos y cada uno con su tarea, en una alianza perfecta. En los 15 días próximos se elaborará el reglamento de primarias.
-¿Y la tarjeta única?
-En el debate sobre la tarjeta única no se llegó a un acuerdo total pero en la Facultad de Derecho me enseñaron que lo accesorio sigue a lo principal. Así que avanzamos juntos y cada quien con su tarjeta. Además, ya nadie se atreverá a salirse porque le iría muy mal y todo el mundo conoce la Ley de Procesos Electorales, elaborada por el Gobierno en el entendido de que ganaría frente a una oposición dividida. Por eso tratará de promover la dispersión por medio de todos los recursos. Pero el reclamo de unidad, por parte de la gente, es mucho más poderoso e incluso el método de escogencia de los candidatos le resulta subalterno. Ante eso nosotros debemos hacerlo muy bien, logrando acuerdos unitarios y realizando primarias transparentes en donde sea necesario.
-El método del consenso corresponde a una minoría.
-Eso es lo difícil en política. El poder es un ejercicio minoritario y la democracia incorpora a las mayorías. En el Concejo Municipal de Baruta no pueden estar todos los baruteños porque no caben. Pero tenemos a los partidos y la consulta que hagan con sectores de la sociedad, tanto nacionales como regionales.
-Además de los expertos en diversas áreas.
-Claro. Basta con observar a la actual Asamblea para colegir cuánta falta hacen áreas con la economía, política exterior y defensa. Yo recuerdo los miembros de la Comisión de Contraloría. Imagínate a uno de los actuales ministros confrontado con Leonardo Ferrer, Gustavo Mirabal Bustillos, Paciano Padrón, Gonzalo Pérez Hernández, Luis Manuel Esculpi, Gonzalo Pérez Hernández, Orlando Fernández o Henry Ramos. Ninguno aguantaría medio round. Ni a ellos ni a quienes vienen ahora.
-Estás satisfecho con lo logrado?
-Mi trabajo fue al servicio de la unidad y ésta es un compromiso de los partidos. Hemos llegado hasta aquí gracias a los líderes democráticos del país. Ellos son los protagonistas y quienes depusieron intereses. Por eso dije en Aló Ciudadano que la unidad va. A lo que Elides Rojas le agregó la palabra 'gana'. Luego Leopoldo Castillo remató adicionándole 'y cobra'. De forma que la unidad, va, gana y cobra.
Roberto Giusti
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