El Estado gastará el equivalente a 84% de las reservas sin crear nuevos empleos
Cuatro años atrás la administración de Hugo Chávez inició un plan para incrementar el peso del Estado en la economía a través de expropiaciones y nacionalizaciones en áreas tan diversas como petróleo, telecomunicaciones, electricidad, cementeras, siderúrgicas, empresas de café, bancos y fincas.
Hasta ahora el Gobierno sólo ha cancelado una pequeña porción de las adquisiciones, como son los casos del Banco de Venezuela al Grupo Santander y La Electricidad de Caracas a AES Corporation.
Un estudio elaborado por Ecoanalítica que toma en cuenta lo adquirido por el Estado al cierre de 2009 y no incluye montos adicionales por compras de activos de poco tamaño y las fincas expropiadas, determina que el costo a cancelar por las compañías que en su mayoría estaban en manos de grupos multinacionales suma 22 mil millones de dólares.
A este monto de por sí bastante elevado, que equivale a 84% de las reservas internacionales que tiene la República en este momento, se añaden las compras de 2010, que incluyen Hipermercados Éxito y la Zona Industrial Uno de Barquisimeto.
El plan de compras no se traduce en la creación de puestos de trabajo ni en mayor capacidad de producción.
Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, señala que "hay que considerar el costo de oportunidad, lo que hubiesen significado esos 22 mil millones de dólares invertidos en infraestructura o vialidad".
Desde su punto de vista, continuar con la política de expropiaciones este año, en el que la economía se encuentra sumergida en recesión no tiene mayor sentido, puesto que "lo correcto sería utilizar los recursos para apuntalar un programa de recuperación".
El discurso del Gobierno ha resaltado que las nacionalizaciones y expropiaciones corresponden a áreas estratégicas que deben estar bajo el control del Estado para impulsar el plan económico socialista.
Resultados pobres
El plan de nacionalizaciones y expropiaciones no ha tenido ningún tipo de impacto en la tarea de diversificar las exportaciones o incrementar la producción.
En 2009 las exportaciones no petroleras del país tan solo suman 3 mil 394 millones de dólares, una magnitud que se traduce en un desplome de 43,5% respecto a 2008 y en el peor resultado desde 1997.
Incluso, las exportaciones no asociadas al petróleo se ubican 34,7% por debajo de lo alcanzado en 2003, año en que los empresarios se declararon en paro y representan 35,3% menos que en 2002, cuando el golpe de Estado desestabilizó la economía venezolana.
Un aspecto a considerar es que el riesgo de que una empresa sea nacionalizada o expropiada se ha añadido a factores, como el control de precios y el control de cambio, que limitan la inversión privada y por tanto, las fuentes de empleo.
El país ha profundizado un patrón rentista donde básicamente exporta petróleo, obtiene divisas para importar y gastar internamente mientras que la industria se desdibuja.
Las estadísticas del Banco Central registran que la industria manufacturera, que en 2004 representaba 16,6% del PIB, pierde preponderancia y retrocede hasta 15,4% al cierre de 2009, ahondando la caída que se inicia a finales de los 80.
La agricultura, sector al que el Gobierno le ha dado una importancia clave y que teóricamente sería impulsado con los petrodólares provenientes del boom de altos precios, no da muestras de mayor desarrollo y su aporte al PIB no supera 4%. REGRESAR |