Y a la expropiación es para los venezola-nos como una puñalada trapera al pueblo de Venezuela. Por más que el Presidente pretenda justificarla, no es más que un acto forajido. El Presidente, queriendo darle importancia a este delito, alega latifundio y le siembra cualquier delito condenable por la sociedad, para lograr su mezquino propósito. Mientras tanto, centenares de contenedores cargados de alimentos se pierden en varios rincones del país. El Presidente, con todo lo que sabe el pueblo que conoce lo que pasa en Pdval, dice que la culpa es de los especuladores, cuando ahí no ha metido la mano sino el mismo gobierno.
Corrupto que tira la piedra y esconde la mano.
Le quitó las alcaldías y los puertos a los honrados y se los dio a los corruptos que hay en el gobierno y le salió el tiro por la culata, como le dirían al Sacristán: 'Por más que te tongonees, siempre se te ve el bojote' Lo triste del caso es que los responsables de Pdval están libres, cuando deberían ser condenados a 60 años de prisión, pero así es este gobierno.
De Franklin Brito el gobierno no dice nada.
Ahí está, a las puertas de la muerte, el que no ha querido ponerse de rodillas ante el látigo inclemente de la injusticia del gobierno, pero en lugar de aplaudirlo, el Presidente quiere desprestigiar su valentía. Brito es de la casta de Leonardo Chirirnos, aquel que dio en Coro el grito de la independencia, a pesar de saber que aquel gesto de heroísmo podía costarle la vida, pero así son los elegidos y los valientes y Brito es un valiente, aunque el Presidente piense lo contrario.
En cuanto a la Fuerza Armada, el Presidente casi lo está logrando y es la enemistad entre el pueblo y el ejército pues un ejército en comunión con el pueblo es una amenaza para cualquier gobierno. Por eso usa a los militares contra el pueblo, para mantener el desacuerdo y hasta el odio entre las partes. Pero aún existe dignidad en nuestro ejército. Cuando el Presidente le propuso al general Usón que lo liberaría de su sitio de reclusión, desconociendo el valor de aquel digno militar, Usón con dignidad de un verdadero general le respondió no, prefiero seguir pagando mi condena y se negó a recibir favores. Era mucho general, para un teniente coronel que lo pretendió humillar. Estos actos de nobleza como los del general Francisco Usón son los motivos que aún animan al pueblo a no odiar a los que tanto amó por décadas. Yo recuerdo cuando muchacho, que al anunciarse un desfile militar, siempre iba tras la fila de soldados y aún con toda la agresión que hemos sufrido de nuestra Fuerza Armada, seguimos confiando en los uniformados que en una época de nuestras vidas conocimos como forjadores de libertad y no promotores del grito salvaje de 'Patria, socialismo o muerte'. REGRESAR |