Los próximos comicios para elegir a los representantes a la Asamblea Nacional se constituyen en la primera contienda, en los últimos 10 años, que se llevarán a cabo en medio de un escenario de recesión económica.
Sin embargo, pocas veces ha ocurrido algo similar. En la historia política y económica de Venezuela la primera vez que hubo un proceso electoral durante una coyuntura económica fue en el año 1983, con la devaluación de la moneda y el recordado 'Viernes Negro'. Hubo elecciones presidenciales.
Este año, el Gobierno consciente de esta situación adelantó la ejecución de medidas impopulares, al tiempo que aceleró el gasto para dinamizar la actividad económica y lo destinó a aquellos sectores que demandan la cancelación de deudas, específicamente de tipo salarial.
El que ganaba
En las campañas electorales hay un sector que siempre se ha beneficiado: el manufacturero, específicamente el relacionado con la industria de las artes gráficas. Sin embargo, este año parece ser la excepción, puesto que su actividad no ha reflejado signos de recuperación.
Cifras del Banco Central de Venezuela (BCV) revelaron una caída de 1,9% del Producto Interno Bruto en el segundo trimestre de 2010, y en el sector manufacturero cerró con una variación negativa de 3,7%.
Ante un alicaído sector privado, el gasto público es la única alternativa para recuperar la economía, pero en este aspecto tampoco ha habido noticias alentadoras.
En este contexto se observa que las ventas del sector de las artes gráficas disminuyeron 60%.
Un informe sobre la Encuesta de Coyuntura de la Asociación de Industriales de las Artes Gráficas (Aiag), instrumento que permite a la asociación monitorear las principales variables que afectan al sector, señala que para los empresarios encuestados la producción cayó 65%, a lo que se suma que el inventario de materia prima en el sector registró una reducción de 40%.
El 17% de los encuestados señaló que el principal problema que aqueja al sector es la merma de la demanda interna, mientras que 19% sostuvo que es la devaluación.
La Encuesta de Coyuntura evidenció también que 17% de los empresarios opina que el retardo en la entrega de divisas ha afectado la actividad y 16% dice que ha sido la emergencia eléctrica.
Otro sector que pudiera estar asociado al gasto electoral es el de los productos textiles, pues en los actos proselitistas predominan las camisas con eslogans de los candidatos o de los partidos, así como también las banderas.
No obstante, cifras del BCV revelan que la venta al por mayor de productos textiles, prendas de vestir y calzado registró una caída de 17% en junio de 2010, mientras que las ventas al detal disminuyeron 69% en el sexto mes del año y en 6,8% en mayo.
Ciclo político electoral
A juicio del economista José Guerra, el gasto público ha empezado a sentirse en la economía. Sin embargo, acota que la ejecución de los recursos es menor a la de años anteriores.
'Existe algo que se denomina el ciclo político electoral. Cada vez que hay una elección, los gobiernos gastan con mucha intensidad y eso tiene un cierto efecto dinamizador sobre la actividad económica. No obstante, la intensidad que pudo haberse registrado este año podría ser mayor si hubiera un mejor clima para la inversión', señala Guerra.
Explica que básicamente el gasto pudo haber dinamizado el sector comercial, pero específicamente en las ventas y no en la producción. 'El mayor incremento que se pudiera observar en la industria manufacturera -agrega- es básicamente en los alimentos. No obstante, el sector de las artes gráficas o la industria del papel conjuntamente con alimentos son los que pudieran haber tenido un poco más de actividad'.
Guerra reitera que el gasto público ha sido menor en 2010, pero que existe una parte importante de esa ejecución que es difícil de precisar, porque no se encuentra oficialmente contabilizada. Como ejemplo, recuerda los recursos que se han desembolsado del Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden).
'El Gobierno debió realizar una política más agresiva desde el punto de vista del gasto, especialmente en gasto productivo. Comenzó a gastar pero en los últimos dos meses. Al observar la liquidez monetaria, ésta estuvo prácticamente inamovible hasta hace un par de meses', explicó.
Improductivo e inflacionario
Para el economista Jesús Casique, la menor caída de la actividad económica que hubo en el segundo trimestre no fue producto del gasto público, ya que -explica- el comercio y la manufactura registraron una fuerte recesión.
Sostuvo además que los recursos públicos que se puedan dirigir a estos dos sectores se convierten es un gasto totalmente improductivo.
'El gasto que pudiera estar ejecutando el Gobierno atizará la inflación. Generará presiones inflacionarias para el último trimestre y ello se unirá a la zafra decembrina que, por la demanda estacional, tiende a incrementar los precios de bienes y servicios', acota.
Destaca Casique que el PIB en el país se encuentra estancado, y que en la medida que se incremente el gasto debido a los recursos que reciben los diferentes sectores de la economía, vía inyección del gasto fiscal, ello significará mayor liquidez en el mercado interno, demandando una menor cantidad de bienes y servicios.
'Los recursos públicos que se destinen al pago de compromisos laborales como deudas, así como el dirigido a la compra de insumos propios de una campaña electoral, generarán una inflación anticipada, ya que el problema en Venezuela es que hay una caída de la productividad y en la oferta de bienes y servicios'.
Menos malo
Cálculos de algunos economistas señalan que en los años electorales los gobiernos tradicionalmente gastan 40% más de lo planificado; sin embargo, en el ejercicio fiscal de 2010 la ejecución ha sido mucho menor desde el punto de vista real.
Carlos de Sousa, economista de la firma Ecoanalítica, explicó que el gasto de la administración central se incrementó 25% en términos reales durante el primer semestre del año.
'El Gobierno gastó mucho para solucionar la crisis eléctrica (se estima una inversión de 10.000 millones de dólares para todo 2010) y por supuesto comenzó a gastar más en el segundo trimestre para tratar de impulsar la actividad económica -de allí el resultado de -1,9% de crecimiento del PIB, bastante menos malo que en los trimestres anteriores-, y también por razones electorales, por supuesto', explica.
Jesús Casique coincide en que las erogaciones que ha realizado el Gobierno registran una variación negativa en términos reales, por lo que no se está reactivando el aparato productivo del país.
'En 2009, el gasto público aumentó de manera importante y el PIB cerró en negativo 3,3%. Es decir, que por un lado va el gasto público y por otro la actividad económica. Si este año el gasto público se hubiera incrementado, entonces habría reactivado de alguna manera la economía del país en el segundo trimestre del año, cuando el PIB finalizó en -1,9%. Eso significa en que a pesar de que el tercer trimestre cierre en positivo, entre 0% y 1%, según cálculos del BCV, no se deberá a un aumento del gasto público'.
Por cuotas
El Gobierno ha dosificado los ajustes o ha aplicado medidas impopulares con bastante antelación a unas elecciones. Aumentó en marzo de 2009 el Impuesto al Valor Agregado (IVA) de 9% a 12%; devaluó la moneda en enero e incrementó los precios de algunos rubros controlados a mediados de este año.
Varias empresas encuestadoras han destacado que, de acuerdo con estudios realizados, entre los principales problemas que aquejan a la población está la inflación o el alto costo de la vida.
Oscar Schemel citó los cinco primeros problemas que afectan al país, según lo señalado por los venezolanos en la última encuesta. 'En primer lugar, la inseguridad, con más de 70% de los entrevistados, que la considera el problema más grave; le siguen los malos servicios públicos, el alto costo de la vida, el desempleo y la corrupción. Éstos son los cinco problemas más graves que agobian a los venezolanos'.
José Guerra, destaca que aunque el Gobierno ha aplicado medidas consideradas 'antipáticas' por una parte de la población, 'las actuaciones que más ha llevado a cabo el Gobierno es la compra (importación) de alimentos para evitar la escasez, ya que una situación de desabastecimiento tiene un impacto mayor'.
Carlos De Sousa recuerda que justamente a partir de marzo del año 2009, una vez pasadas las elecciones de febrero, el Gobierno decidió aplicar su plan anticrisis. 'Que en realidad fue una política económica pro-cíclica que profundizó la crisis, porque contrajeron el gasto público y elevaron los impuestos. Todo lo contrario a lo que hizo el resto de las naciones del mundo, que para paliar los efectos de la crisis mundial se endeudaron fuertemente para incrementar el gasto y evitar más pérdidas de empleos, al tiempo que rebajaron impuestos para incentivar el consumo'.
A fin de cuentas
Lo cierto es que mientras se esperaba una reactivación económica por la vía del gasto electoral, ésta todavía no ha sido registrada por los agentes económicos y además los indicadores del Banco Central son elocuentes.
Es probable que para los resultados del tercer trimestre las inversiones de los comandos de campaña y el gasto público reciente se reflejen en los números de la economía; sin embargo, las proyecciones indican que esta inyección de recursos no tendrá el impacto de años anteriores. REGRESAR |