La estación de servicio Tacagua, la principal bomba de gasolina de Catia La Mar, ubicada frente al McDonald's, en la zona oeste de Vargas, desaparecerá en los próximos días.
Su propietario, Antonio Correia, de origen portugués, dijo que las autoridades aún no han formalizado la medida de expropiación, pero el viernes pasado trabajadores de Pdvsa le informaron que ése era el último día en que le venderían combustible porque el negocio 'estaba expropiado'.
'Estoy perdiendo 57 años de trabajo y con los 80 años de edad que tengo no me quedan muchas opciones. Llegué aquí cuando todo era monte, en 1953, y con esfuerzo levanté mis negocios y a mi familia.
Ahora sólo me queda esperar que me den una indemnización justa y pronto', agregó.
Señaló que si no recibe combustible no tiene más remedio que cerrar la estación. 'Lo peor es que el otro medio de sustento que tenemos está aquí mismo la zapatería Ancor Shoesy también será afectado por los trabajos de infraestructura que realiza la Gobernación. Así es que lo único que espero es que me informen cuanto antes cómo será la negociación para no quedarme en la calle, igual que dos de mis tres hijos que también trabajan conmigo', expresó con voz entrecortada.
Incertidumbre. La medida no sólo afectará a los Correia, sino también a una cauchera que está al lado derecho de la estación de servicio, un galpón donde distribuyen helados Tío Rico, dos tiendas de ropa y un almacén de productos chinos.
Otros propietarios no quisieron referirse al caso, temen represalias de la institución gubernamental a la hora de gestionar las indemnizaciones: 'No podemos pelearnos con ellos el Gobierno- y mucho menos en estos momentos que vive el país, así que es mejor no hablar de eso', dijo la dueña de una tienda.
La incertidumbre que padecen estas familias es consecuencia de un proyecto que ejecuta el Instituto de Infraestructura de Vargas, adscrito a la Gobernación, específicamente en la intersección de la urbanización Playa Grande, con las avenidas Atlántida y El Ejército de Catia La Mar.
Los trabajos comenzaron en febrero e incluyen la construcción de un elevado que está casi listo, frente a la estación de servicio Tacagua, otro puente en el bulevar La Marina, la ampliación de la vía y la redistribución de los servicios existentes. Estos elevados tienen una longitud de 30 metros y un peso de 30 toneladas.
Todo, con la intención de aligerar el tránsito entre semana y en los días de alta afluencia de temporadistas.
La construcción del puente se ha llevado a cabo, principalmente, en horas nocturnas para evitar obstruir la circulación de vehículos en el día, sin embargo, la imponente estructura, por sí misma, causa fuertes colas desde que comenzaron los trabajos. La culminación fue anunciada para agosto, y luego para octubre, pero todavía no está operativo.
Vecinos dijeron que las expropiaciones de los negocios ubicados entre la avenida El Ejército y la Atlántida constituyen la última fase de la obra.
En el lugar que prevé colocar un distribuidor con paso peatonal para facilitar la comunicación entre las tres avenidas.
En el Instituto de Infraestructura de Vargas no ofrecieron detalles de la obra ni de la medida de expropiación. REGRESAR |