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Bajo la premisa de garantizar la seguridad y la soberanía agroalimentaria el Ejecutivo nacional ha implementado políticas y regulaciones que en nada han favorecido al aparato productivo interno, al contrario, han tejido un cerco al sector agroindustrial que ha derivado en disminución de la producción interna generando mayor dependencia de las importaciones.
Los efectos del control de precios sobre la producción nacional han sido negativos. Desde su activación en 2003 se ha generado una amplia brecha entre los costos reales de producción y los precios finales al consumidor, que ha afectado la capacidad de reinvesión, mermando la producción.
La producción agrícola también ha padecido los efectos de la política de 'rescate de tierras' a través de la cual el Gobierno ha intervenido más de tres millones de hectáreas productivas en el país.
El resultado de estas políticas gubernamentales ha sumergido a la producción nacional en una profunda recesión. Fedeagro sostiene que 70% de los alimentos que se consumen en el país son importados, razón por la cual ha instado al Gobierno a incentivar la agricultura con políticas comerciales y precios justos.
El sector agroindustria, por su parte, ha planteado a través de la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea) invertir en un programa de siembra para impulsar el agro y revisar de forma periódica los precios que están sometidos al control.
La respuesta del alto Gobierno a estas propuestas ha sido agudizar los controles y aumentar las regulaciones al sector privado de alimentos.
Tras la devaluación vigente desde el pasado 1 de enero, que encarece 65% las importaciones de alimentos, entre otros rubros igual de prioritarios, la industria ha insistido en la necesidad de que se reconozcan esos costos y se revisen los precios.
El Ejecutivo insiste en que la 'unificación' en el tipo de cambio oficial, al eliminar la paridad de 2,60 bolívares por dólar, no tendrá efecto sobre la inflación, y asegura que se mantendrán los controles y evitará que aumenten los precios de los alimentos.
Uno más
En el cambio del modelo productivo, que incluye elevar el peso del Estado en la economía, el Gobierno aumentó su participación en el sector de alimentos, mediante la expropiación de empresas privadas y la ampliación de la red de distribución pública, con la intención de 'estabilizar el mercado' y 'garantizar precios justos'.
Con las expropiaciones de empresas privadas el Gobierno pasó a liderar el mercado de rubros básicos. Actualmente tiene 80% del mercado de café, casi 50% de la producción de harina precocida, y más del 40% de la producción de azúcar; y cuenta con 119 plantas agroindustriales en todo el país.
Menos soberanos
Al cierre de 2010 la producción primaria arrojó resultados negativos en los principales rubros agrícolas. Arroz, sorgo y caña de azúcar disminuyeron 30,70%; 13,33% y 19,78%, respectivamente.
La producción de hortalizas también disminuyó el año pasado, y, por ejemplo, la producción de tomate cayó 18%, la de cebolla 22,5%.
Para Fedeagro el control de precios y la fijación de costos por debajo de los costos, así como las limitaciones en abastecimiento de insumos y fertilizantes afectaron el rendimiento de la agricultura nacional.
Entre 2009 y 2010, Venezuela abrió las importaciones de rubros en los cuales la producción nacional era autosuficiente como arroz, maíz blanco y café.
Las importaciones de carne pasaron a representar 52% del consumo nacional, desplazando a la producción local, y las compras foráneas de azúcar también aumentaron de 300.000 a 700.000 toneladas en 2010. REGRESAR |
| Fecha publicada: 14/01/2011 Fuente: El Universal Tema: economia
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