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Si alguien observa, a lo lejos, una silueta que camina tambaleándose y con pasos erráticos, seguramente se formará una impresión negativa de esa persona. Algunos creerán que está borracha. Otros, que está loca. Pero puede que solo sea que sufre la enfermedad de Huntington, más conocida como Mal de San Vito.
En algunas regiones de Venezuela, esta enfermedad es muy común. La Costa Occidental del Lago de Maracaibo, por ejemplo, registra la mayor concentración de enfermos del planeta. Mientras que, en promedio y en el mundo, suele haber 6,4 afectados con Huntington por cada 100 mil habitantes, en Zulia hay 700. Aún peor: en algunas poblaciones, como San Luis, hay 2.540, según cifras que maneja Ernesto Solís, jefe de Genética Médica de la Universidad del Zulia.
El Mal de San Vito es una enfermedad crónica, degenerativa y progresiva que se transmite de generación en generación, con altas probabilidades de manifestarse: 50% si el portador es un solo padre y 75% si son los dos, según cálculos del genetista Solís. Es una mutación genética que produce trastornos motores, cognitivos y psiquiátricos, como movimientos descontrolados en cualquier parte del cuerpo y comportamientos irregulares.
'El foco más grande de enfermedad de Huntington está en Venezuela', sentencia Roberto Weiser, neurólogo especialista en movimientos anormales y ex presidente de la Sociedad Venezolana de Neurología. Además de Zulia, otros estados con alta prevalencia son Falcón, Lara, Táchira y Guárico. También se han reportado casos en Miranda y Distrito Capital.
Las primeras manifestaciones visibles suelen aparecer entre los 30 y los 40 años, aunque en algunos casos, muy pocos, pueden aparecer antes. No distingue entre hombres y mujeres. Hacia el final de la vida de los pacientes, si no se tratan médicamente, estos sufren de rigidez total y quedan incapacitados.
Esta enfermedad no se cura. Solo puede retardarse su aparición y disminuir la intensidad de los movimientos. Cualquier persona con familiares afectados por el Mal de San Vito, sean padres, hermanos o tíos debe acudir al médico a realizarse pruebas clínicas para determinar su propensión a la enfermedad y, de ser necesario, medicarse.
'Para retardar o disminuir la progresión del Huntington solo funciona la Coenzima Q10, en dosis de 600 miligramos diarios. Desde que se detecta que una persona es portadora de la enfermedad, aunque no se haya manifestado, debe tomar Q10 por todo el resto de su vida', explica Weiser.
Para reducir la intensidad de esos movimientos descontrolados, que estigmatizan a los pacientes e incluso les impiden trabajar, se utiliza la tetrabenazina que actúa como bloqueador en el sistema nervioso de la dopamina, cuyo exceso causa los movimientos involuntarios. Es un fármaco eficaz, pues disminuye hasta en 70% los movimientos. El problema, dice Weiser, es que es costoso.
'En la actualidad, el medicamento se encuentra en el Banco de Drogas Antinoplásicas, Badan. Lo más recomendable sería que estuviese disponible en el Seguro Social, de manera que todos los pacientes de Huntington tengan disponibles los fármacos a criterio de su médico', expresa el neurólogo.
La enfermedad de San Vito es de larga data. Una persona puede durar entre 20 y 25 años deteriorándose.
Consta de tres etapas, la inicial, con leves movimientos involuntarios y algunos cambios de conducta; la 'coreica', con más movimientos involuntarios aunque todavía se logra caminar y con más cambios cognitivos y de estados de ánimo y la terminal, cuando el paciente está en cama o en silla de ruedas, totalmente rígido y con demencia avanzada. REGRESAR |
| Fecha publicada: 26/01/2011 Fuente: El Universal Tema: salud
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