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Los amplios portones de la quinta Tucusa, otrora casa vacacional de la sucesión Mezerhane y que fue expropiada por el Gobierno Nacional en la calle El Comercio en la parroquia Caraballeda (Vargas), ya no reciben vehículos, invitados o algún yate para ser usado en paseos o en pesca de altura. Desde la pasada semana los amplios salones, la vista a la Marina de Caraballeda, los corredores y las nueve habitaciones con baños y vestier sirven como albergue de 10 mujeres embarazadas, de la población de damnificadas de la entidad costera.
La estructura, que cuenta con piscina y un embarcadero particular, es ahora la sede de la Casa Abrigo para embarazadas Miguel Zabala, bautizada así por el desaparecido dirigente del PSUV, quien falleció víctima de las lluvias en diciembre pasado.
La casa la conduce la Fundación Niño Simón de Vargas, con apoyo de la Dirección Estadal de Salud y la Misión Barrio Adentro. 'Para la Misión Niño Jesús, Minsalud concibió este tipo de casas abrigos para cuidar a embarazadas cuyas casas están alejadas del centro asistencial. Tras la emergencia por las lluvias vimos que las embarazadas eran una población amplia que necesita atención las últimas semanas de gestación y hacia allí apunta este espacio. Es difícil vivir en refugio, mucho más después de dar a luz', explica la primera dama de Vargas, María del Valle de García.
La quinta vacacional tiene capacidad para atender de manera simultánea a 25 embarazadas, pero en este momento sólo se albergan 10, con gestas de 34 y 36 semanas. Sus edades oscilan entre 16 y 24 años y la mayoría proviene de sectores populares y deprimidos de Vargas. Junto a las embarazadas vive un equipo de médicos y enfermeras que vigilan el desarrollo del feto y los signos vitales de la madre.
Una vez las mujeres den a luz podrán permanecer en la casa de abrigo por un mes, para luego volver a la realidad del refugio que tienen asignado. Sin embargo, todo dependerá de las condiciones de salud de madre e hijo. NNA REGRESAR |
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