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El Gobierno nacional creó en 2008 el Sistema Integral de Control Agroalimentario (SICA), instancia que emite las también noveles guías de movilización de productos alimenticios terminados en Apure, Táchira y Zulia; y la Guía de Seguimiento de Alimentos Terminados en todo el país, de obligatoria solicitud previa al traslado del rubro.
Para Pablo Baraybar, presidente de la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea), el SICA causará más problemas que soluciones, por lo que cree deben modificarse algunas de sus normas.
-¿Cuál es la posición de Cavidea ante los mecanismos de control de la distribución?
-Cavidea no es un organismo que se sienta superior al Gobierno y que quiere poner a los consumidores a comprar lo que quiera. Se nos explicó que el SICA buscaba controlar el contrabando en fronteras, por lo que empezamos a trabajar y probar. Comunicamos a la Superintendencia de Silos y Depósitos Agrícolas (SADA) indicando que teníamos problemas, les explicamos que no se pueden ingresar guías primero para que después salga la mercadería porque entonces los camiones se quedan a la espera. Primero deben salir los transportes, que se despache y luego se informe lo que se hizo. Es más lógico y el SADA puede coordinar con las industrias para que no haya contrabando.
-¿Cómo ven el proceso de funcionamiento del SICA?
-El contrabando no se arreglará mandando más o menos mercancía sino impidiendo que salga del país. Supongamos que se decide no mandar más, entonces, si sigue saliendo, la gente de esas zonas fronterizas no tendrá suministro.
Cuando salió el reglamento del sistema hace dos semanas pedimos un encuentro. El SADA estuvo con la junta directiva de Cavidea y se nos presentó cómo operará el SICA, y una de las cosas que se nos explicó es que el INE hizo un estudio que determinaba cuánto de cada tipo de alimento debían consumir los venezolanos en cada zona del país, a partir del consumo histórico. Si multiplicamos el número de venezolanos por la zona da un total y ese resultado es la cuota máxima a distribuir.
Lo que dice el SADA es que hay una ración de cada tipo de comida por venezolano y eso es lo que se debe consumir, insisten en que tiene que haber una distribución según ese histórico. Pero Cavidea sostiene que el consumo depende del mes, de la semana, el día. En las quincenas aumentan las compras, que en sí son diferentes cada vez.
Hemos visto las listas de cuotas de distribución en los rubros prioritarios, pero además se habla de todos los alimentos y bebidas, porque la resolución no es sólo de los productos regulados. Pareciera que no es cierto que sólo se quiere controlar el contrabando porque hay guías para lo que viene de los barcos y otra para los alimentos fuera de los estados fronterizos.
El control de qué y cuánta cantidad se come es una propuesta del SADA. Nosotros proponemos atender la demanda de los venezolanos. Las empresas en Venezuela tenemos más de 100 años, conocemos a los venezolanos, todo el tiempo los estudiamos. Invertimos tiempo y esfuerzo para saber qué quieren, y lanzamos más de 2.000 productos nuevos cada año. Cómo vamos a manejar eso con una cuota de comida para cada uno.
-¿Cuáles son las cuotas fijadas en el SICA?
-El SADA nos presentó las tablas de consumo por persona en los regulados. No sabemos cómo calcularán el consumo de rubros como galletas o chocolates. Por ejemplo, el histórico del atún no representa la realidad porque en el último año ha subido 60% la demanda. Entonces, contra cuál historia nos vamos a medir. Eso no se hace en ninguna parte del mundo.
Varían por zona. Presentamos una estadística que indica que no es en la frontera donde se consume más harina. Se come más en Lara. Ahora, históricamente hemos visto que los venezolanos compran más productos de valor agregado, y eso hace que los históricos no sean buenos referentes de consumo. Si decides fijarte a partir de ellos, cómo cambias los patrones. Ya prefijaste el consumo, ya decidiste qué hay que comer. En el sistema hay cantidades por zona y cuando se llega a esa cantidad te informan que no puedes despachar sino al siguiente mes. Esto ha ocurrido, a pesar de que hay pedidos.
-Pero el SADA niega que pretendan imponer un patrón de consumo.
-Estamos de acuerdo en que haya supervisión, y que se distribuya a todas las personas, pero las leyes no se miden por las intenciones sino por los resultados, y con esto te paran el despacho. A lo mejor no hay intención pero la verdad es que al fijar una cantidad de alimentos por persona en una zona, estás determinando el tipo de consumo. Por eso insistimos en que esa no es la mejor forma.
-¿Cavidea ha determinado cambios a raíz de esas cuotas?
-En las zonas de fronteras hemos visto cambios porque no hemos podido mandar toda la mercancía. Ha caído el consumo porque hay fallas de abastecimiento. Se está forzando a que haya menos posibilidad de colocar mercaderías. Hay problemas para enviar atún y sardinas a la frontera porque faltan las guías de Insopesca.
-¿Se puede comparar con un histórico cuando hay demanda insatisfecha por fallas de abastecimiento?
-No es solamente eso, sino que en este momento hay una recesión. En los últimos tres meses tenemos una baja promedio de 4% en el consumo. ¿Cómo hacemos?, seguimos mandando mercadería históricamente o nos adaptamos a la demanda. Eso se calcula a diario, no una vez al año o al mes. Incluso los meses cambian. En vacaciones hay zonas que se llenan de gente y hay que mandar mucha más mercancía, y comen otras cosas. Comen en restaurantes. Creo que no están viendo el problema con el tamaño y la magnitud. Manejamos un millón de toneladas al mes en productos procesados. Y al día habría que manejar unas 5.000 guías.
-Las autoridades aseguran que el sistema es automático, que no habrá trabas...
-Todo producto alimenticio necesita una guía, desde que viene el barco hasta que llega al último cliente. Tenemos tres casos en que se negaron las guías porque ya estaba toda la mercancía en una zona -y eso pasó en Acarigua, no en la frontera-. Eso afectó a empresas que tienen depósitos en una zona determinada, pero que no recibieron mercancía porque los funcionarios dijeron que en esa región ya hay suficiente mercancía. Si el sistema es automático, ¿para qué tiene que ser previo? Nos preocupa que en cierto momento se nieguen las guías.
-Hay dos posiciones, y el SADA no parece dispuesto a permitir que la mercancía se reporte luego. ¿Puede haber alguna conciliación?
-Cavidea no quiere enfrentarse. Estamos de acuerdo con lo dicho por el presidente Chávez sobre que el Gobierno necesita críticas de todo tipo, bien intencionadas, y ésta lo es.
Hay que recordar que entre febrero y marzo de 2007 se establecieron todos los sistemas para el control de importaciones, y por toda la burocracia que se creó, a los 3 meses había desabastecimiento. Hoy el desabastecimiento ha bajado porque se han liberado todas las trabas.
Tenemos la obligación de que se nos escuche, porque cuando comience a haber problemas nuevamente serán culpables las empresas de alimentos, cuando hemos venido diciendo lo que sucederá. Este sistema causará problemas. Si llega un barco con 50.000 toneladas de trigo necesitamos mil camiones, es decir, mil guías, casi cinco días para emitirlas. Por esto intentamos un recurso ante el TSJ ante lo que creemos es la violación del algunos artículos de la Constitución. Es cuestión de buena voluntad y trabajar juntos.
Los privados estamos para satisfacer al consumidor y el Estado tiene el deber de promover la iniciativa privada. Tiene que haber control, ¿pero dónde está la promoción a los privados? El SADA dice que hace falta mercadería para todos. Entonces produzcamos más, con medidas gubernamentales como descongelar precios o permitirnos importar más materias primas, porque no estamos trabajando a 100% de la capacidad instalada porque no hay materia prima. En harina se puede hacer 10% más, en arroz 50% más, en aceites 20% más. Sí hemos invertido en nuevas maquinarias, pero no tenemos la materia para ponerla a fabricar. Queremos que nos permitan producir más y si el Gobierno necesita información para controlar la frontera, al final del día mandamos la información y coordinamos para evitar el contrabando.
Planteamos una mesa técnica y duró 4 horas. A los dos días salió el reglamento sobre el SICA, sin ninguna modificación sobre nuestras sugerencias.
Con una acción política se puede resolver que haya más o menos mercancía en una región, pero lo que no pueden impedirnos es que salga mercadería. No pueden impedírnoslo porque la Constitución establece la libertad de despachar. Debemos encontrar una fórmula que satisfaga al Gobierno y permita atender al consumidor.
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| Fecha publicada: 23/06/2008 Fuente: El Universal Tema: comida
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