Cada vez es más indignante observar lo que anda haciendo por el mundo entero el Presidente de la República, Hugo Chávez, con el dinero de los venezolanos, pero especialmente en esta parte del continente donde la que camina por América Latina no es la espada de Bolívar, sino la petrochequera, con la cual quiere ganar las solidaridades que de otra manera jamás alcanzaría. Sumamente preocupado por la salud en Uruguay, Chávez acaba de anunciar a través del embajador venezolano en esa nación sureña, Franklin González, que otorgará un aporte de 20 millones de dólares, que al cambio oficial en bolívares de los viejos, es de nada más y nada menos que la suma de más de 40 mil millones de simones. Esa elevada cantidad de dinero será utilizada para la refacción de dos grandes centros hospitalarios en ese país, los cuales deben estar listos, según el despacho de prensa, para el año 2009, fecha cuando el propio Presidente de la República de Venezuela se trasladará a la República Oriental del Uruguay para inaugurarlas regiamente. Pero veamos muy bien de qué se trata el regalo: 17 millones de dólares serán destinados al Hospital de Clínicas de Montevideo, que gracias al generoso Presidente venezolano quedará como nuevo, con equipos de última generación, y los tres millones restantes serán dirigidos a la remodelación de un hospital oncológico que se encuentra deteriorado por falta de mantenimiento. El asunto está en que en esa misma Venezuela cuyo Presidente decide resolver los problemas de salud del Uruguay, hace apenas unos cinco meses, seis recién nacidos murieron en la emblemática y caraqueñísima maternidad Concepción Palacios a causa del estado desastroso que presenta ese centro de salud materno infantil tanto en su estructura, como en equipos y especialmente, personal médico especializado porque los galenos, muy mal pagados, se han ido a otros países REGRESAR |