La estatización de la industria cementera en Venezuela traerá consigo una drástica reducción de la producción que llevaría a importar cemento, dijo el asesor financiero Ignacio de León a la agencia mexicana de noticias Notimex.
El experto señaló que la estatización de las empresas del sector busca incentivar todos los ámbitos que intervienen en la construcción para tratar de estimular la fabricación de viviendas en el país. Pero vaticinó que este propósito no se va a cumplir porque 'la motivación que el Gobierno ha tenido para nacionalizar la industria es básicamente política'.
'Ellos piensan que al controlar aguas arriba los insumos que proveen la construcción de vivienda van a poder ejecutar más planes de vivienda, cosa que no necesariamente se desprende de ese racionamiento', explicó el analista.
De León, profesor de la Universidad Católica Andrés Bello y ex superintendente de la oficina Pro Competencia en Venezuela, explicó que la estatización del sector crea una situación de monopolio que, al eliminar la competencia, bajaría la producción. 'Como todo monopolio, el efecto que se va a generar en la industria va a ser posiblemente de menor crecimiento del que hubiera tenido en condiciones de competencia'.
Ante un posible mercado deficitario de cemento, De León advirtió que Venezuela podría terminar surtiéndose de algún país vecino. 'Muy posiblemente el país termine importando cemento, porque la creciente demanda, que fue atendida en su momento por las empresas privadas a pesar de la regulación de precios, no va a poder ser atendida', auguró. 'Como consecuencia, terminaremos importando cemento, probablemente de Colombia'.
La industria del cemento es una de las que se llaman industrias maduras, 'aquellas en las que los avances se dan cada 40 años, no como las de telecomunicaciones, donde los avances tecnológicos ocurren cada 18 meses', detalló.
Sobre esto, afirmó: 'El posicionamiento competitivo de estas empresas no está dado en función de la incorporación de nuevas tecnologías, sino de las variables asociadas con la calidad del servicio disponibilidad de una flota de transporte y logística'.
De León consideró posible que Cemex tenga que ceder en su posición y negociar lo que podría ser un precio intermedio entre sus aspiraciones y las del Gobierno. 'Creo que va a tener que tomar partido, como lo han hecho Holcim y Lafarge, por un precio que no va a satisfacer las expectativas que tenían en cuanto a la valoración de los activos que ellos calculan de la empresa', dijo.
Destacó, sin embargo, que las operaciones de Cemex en Venezuela representan muy poco -menos de 2%- de su negocio a escala mundial. 'A Cemex le duele más esta nacionalización por el posicionamiento que su planta de Venezuela le daba para atender el mercado del Caribe que otro motivo', consideró.
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