El gobierno culminó ayer la toma de 52 compresoras de gas y unidades de generación eléctrica operadas por la estadounidense Exterran, como parte de las nacionalizaciones para aumentar el control estatal sobre la industria petrolera. Petróleos de Venezuela (PDVSA) y sus filiales asumieron la operación de las plantas tanto en el oriente como el occidente de la nación, y aseguró que incorporará a 440 trabajadores que laboraban para Exterran. 'Esta decisión representa un duro golpe a la tercerización laboral en el sector de los hidrocarburos, robustece la soberanía energética del país, asegura la continuidad operacional de la actividad petrolera y gasífera y contribuye con la construcción del socialismo', dijo PDVSA en un comunicado, informó Reuters. El ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, aseguró esta semana que sólo serían nacionalizadas las actividades medulares del negocio para evitar que operaciones estratégicas estuvieran en manos privadas. Sin embargo, algunos analistas creen que las estatizaciones masivas podrían incidir en la productividad de PDVSA y retraer las inversiones del sector privado en el país ante el temor de ser tomados por el Estado REGRESAR |