Con objeto de que una sustancia sea suceptible de olerse debe ser volátil, esto es, capaz de entrar a un estado gaseoso, de tal manera que que las partículas gaseosas puedan entras por las narinas.

Las sustancias que se huelen deben ser hidrosolubre asi pueden disolverse en el moco para establecer contacto con las células olfatorias.

La sustancia también puede ser liposoluble. Puesto que las membrans plasmáticas de los vellos olfatorios son en gran parte de estructura lipídica.

Las células olfatorias reaccionan ante el estímulo desarrollando un potencial de acción con su subsiguiente impulso nervioso.

Existen diferentes receptores químicos en la membrana de los vellos olfatorios, cada uno de los cuales es capaz de reaccionar con una sustancia olfatoria.

El cerebro, al recibir el estímulo nervioso lo hará consciente y lo reconocerá, ya que los olores dejan "memoria" tras las primeras percepciones.