Los receptores del sentido del olfatorio, o sentido del olfato, se encuentran localizados en el epitelio nasal en la porción superior de la cavidad nasal a cada lado del tabique.

El interior de dichas fosas nasales están totalmente tapizadas por una mucosa llamada pituitaria.

La pituitaria roja recubre la parte inferior de las fosas nasales y calienta el aire inspirado.

La pituitaria amarilla recubre la superficie superior de las fosas nasales y contiene las células olfatorias.

Ambas se encargan de mantener las condiciones de calor y humedad necesarias para condicionar el aire que respiramos, ya que las fosas nasales forman parte de las vías respiratorias.

Sólo la parte de la pituitaria situada sobre la lámina cribosa del hueso etmoides, en la parte superior de las fosas nasales, posee células olfatorias.

Son células sensibles a los vapores que desprenden muchas sustancias y los impulsos nerviosos subsiguientes, son enviados al cerebro que los traduce en sensaciones olorosas.

El epitelio nasal consiste de tres tipos principales de células: de apoyo o soporte, olfatorias y basales.

Atrás del epitelio olfatorio se encuentrán las glándulas olfatorias ( de Bowman) que producen moco. La secreción humedece la superficie del epitelio olfatorio y sirve como un solvente para las sustancias odoríferas.

Las secreciones continuas de moco también sirven para refrescar la película superficial de líquido y evitar la estimulación continua.